Hoy, una cabaña en Canadá, de una gran simpleza, tanto en su volumetría
como en sus materiales.
Con una morfología muy pura, y terminaciones sencillas que acentúan su carácter
campestre, rústico, austero y fresco.
Madera oscura por fuera, y totalmente blanca por dentro, crea así un juego
de contraste cromático enfatizado por un exterior de bosque frondoso y un
interior lleno de luz.
El interior, un único espacio contenido en un gran volumen de doble altura
donde la presencia de un entrepiso que balconea por sus dos lados mayores crea
debajo el sector del estar con el rincón del fuego y al otro lado la cocina
integrada que queda cobijada bajo un techo bajo que le da escala.
Acompañando a la madera, el ladrillo a la vista, con su textura y color
natural, armoniza en la fachada y se destaca en el interior puramente blanco.
También utilizado en los pisos, completa el conjunto dándole mayor rusticidad
al ambiente.
Al ser un único espacio, se tienen vistas hacia los cuatro lados del
volumen, lo que permite una excelente iluminación y conecta con el entorno y su
paisaje.
Arriba, el entrepiso se sectoriza con el empleo del equipamiento, para
seguir con la idea rectora de la continuidad espacial, sin descuidar la privacidad
y el confort que sus dueños buscan en esta casa de descanso en las afueras.
Fuente. 2m2.ca
No hay comentarios:
Publicar un comentario