En 1936 nace el sueño de Renée
Dickinson, cuando maravillada por el hermoso paisaje de San Martín de los
Andes, decide levantar a orillas del lago Lácar esta encantadora cabaña para
hacer de ella una casa de té y hostería.
Convoca para su diseño al
arquitecto Cullen, discípulo del gran arquitecto Alejandro Bustillo. Se
inaugura en 1939 y si bien poco tiempo pudo disfrutar Renée de este maravilloso
lugar, ya que falleció cuatro años después, la cabaña siguió funcionando hasta
convertirse en un emblema de San Martín de los Andes, motivo por el cual se lo
declara patrimonio histórico y arquitectónico.
Su típica arquitectura de
montaña, su morfología y el uso de la piedra y los troncos de madera para su
materialización, convierten a esta cabaña en un lugar soñado, que se amalgama
armoniosamente con el paisaje para permitirnos gozar de él desde sus cálidos
interiores o desde su amplio deck. Al calor del hogar, un exquisito té sigue
siendo la mejor propuesta para acompañar tan bello lugar.
Fuente: www.hosteriaarrayan.com.ar
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