Con el firme propósito de
respetar y conservar el estilo original de esta casa de playa construida en
1938, el estudio de arquitectura Maxwan, de los Países Bajos, llevó a cabo su restauración y ampliación con
el fin de potenciar sus virtudes y adaptarla a la vida contemporánea.
Es así que se restauraron los
techos y se cambió la carpintería, que el paso del tiempo y el rigor del clima
costero fueron deteriorando, además se renovaron
los ambientes con materiales de última generación pero manteniendo la fisonomía
original.
Sin embargo, algunos de los
ambientes, sobre todo en la planta baja, resultaban pequeños para lo que la
vida actual demanda, por tal razón se realizaron dos importantes ampliaciones
que proyectan el espacio interior hacia el exterior, lo amplían física y
virtualmente sumando visuales del entorno que se ganan con la adición de
volúmenes materializados casi en su totalidad por paramentos verticales y
horizontales de cristal. Con este recurso, las ampliaciones se leen desde el
exterior como livianos volúmenes adosados que permiten conservar visualmente intacto
el volumen original de la casa y desde el interior se viven como una proyección
hacia el jardín y el mar. En estos nuevos espacios se amplió el estar por un
lado y la cocina en el lado opuesto.
La cocina:
El estar:
Otro elemento digno de destacar
es la escalera caracol que vincula el primer nivel de la casa con el ático, el
cual fue totalmente refuncionalizado. Para materializar la baranda, se empleó
una trama que representa la rompiente de las olas, la cual se caló con laser
sobre acero, lo que le da a la escalera cierta impronta escultural.
Fuente: http://maxwan.nl
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