Tomado
probablemente del paisaje donde se
levanta esta pequeña cabaña de playa, la elección del color turquesa para dar
toques que rompan con la paleta cromática, deja de ser un hecho casual, para
convertirse en el elemento que dio orden al planteo de esta ambientación. Un entorno
de playas bañadas de un mar azul, y salpicado de objetos que se destacan por repetir
el color del cielo y del agua, crean un marco inspirador para este interior.
La elección de un color, un tema,
o una época, que puedan ayudarnos a crear un hilo conductor en la resolución de
un interior, sin convertirse en un elemento monotemático, sino sabiendo
combinarlo para crear un juego de contrastes o un diálogo entre los distintos
componentes de un ambiente, le aportan al mismo una personalidad que los hace
únicos e irrepetibles. Buscando siempre procurar la armonía y el equilibrio
justo, lograremos que perduren en nuestra memoria por su composición creativa y
su sencillez, logrando un clima de belleza y confortabilidad, como solo se
puede encontrar en las cosas simples y bien pensadas.
Fuente: uniquehomestays
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