Naranja, ocre y gris, una
combinación no muy frecuente, o por lo menos no muy tenida en cuenta a la hora
de elegir cuáles serán los colores de nuestros ambientes.
Lo que podría parecer una paleta
poco luminosa, en este caso terminó siendo todo lo contrario.
Sobre una base de blanco que
baña todo el interior, aumentando la luminosidad que la abundante luz natural
le da a estos ambientes, se emplearon los colores ocre, anaranjado y gris, en
distintos tonos, pero todos ellos aplicados en detalles, en determinados
objetos que no por ello pasan inadvertidos sino que se potencian, pasando a ser
los protagonistas de la ambientación de este departamento.
Un interior de diseño muy simple
casi minimalista, con pocos elementos, desprovisto de cortinados y con muy escasos
adornos, hace que se destaque la nobleza de los materiales.
Sin duda, tres colores para
tener en cuenta.
Fuente: alexanderwhite.se
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