Ya en pleno invierno
en el hemisferio sur, encontramos esta cabaña en Colorado, donde se hizo una perfecta
reforma. Cambiando los colores de las paredes y actualizando con muebles y materiales, se logró una transformación del espacio, que antes se veía muy opresivo y
anticuado.
Desde la entrada se
puede apreciar el antes y el después de toda la cabaña. Se quitó el color
amarillo en todos los ambientes y se lo reemplazo por blanco.
Antes
Viendo el antes y el
después, se puede apreciar como se fue transformando con pequeños cambios. En
el living se cambió la piedra de la chimenea y los muebles que la flanqueaban.
Con un gran sofá y sillones se logró un ambiente acogedor junto al fuego.
La diseñadora de
interiores, Jessica McIntyre, ha sido hábil en su elección de colores, en su
mayoría paredes blancas o tonos neutros con un toque de azul de vez en cuando.
La sala de juegos, en
el piso superior, no se comunicaba con la planta baja, una ventana de
dimensiones mínimas era su único nexo. Después, se abrió un vano más
generoso donde se colocó una puerta tipo granero corrediza y se le dio vistas
hacia la planta inferior. Se armó un espacio diáfano para el esparcimiento con
hermosas vistas.
Antes
Después
En la cocina es
donde más se puede ver la transformación a través del color. Al cambiar el
amarillo y rojo de las paredes por blanco, se depuro el ambiente. También se colocó
una cerámica metalizada sobre la cocina, a la que se le dio un lugar
preponderante y llamativo pintándola de azul al igual que la campana.
Antes
Después
Dormitorios con toda
la luz y vistas, un lugar privilegiado.
Hermosos detalles en
todos los ambientes, lámparas en hierro con diseños de ramas entrelazadas, candelabros de astas, almohadones de piel o con motivos de fauna del lugar. Con
todo se crea un clima de montaña.
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