Se planteó esta ambientación
como si se tratase de una galería de arte.
Prima la idea de un espacio
contenedor donde reina el equilibrio y la armonía, donde nada está puesto al azar,
donde lo retro convive con lo vanguardista.
Aquí los objetos no compiten
entre sí, fueron colocados no de manera
arbitraria, sino pensada para ser apreciados como si fuesen una pieza única.
Minimalismo, tonos neutros, aguados, objetos de diseño,
pureza en las formas, un ambiente intenso y liviano a la vez.
Ambientes espaciosos, bañados de
luz natural, donde se combinaron luminarias que producen luz difusa y dirigida buscando
la mejor iluminación a toda hora.
Definidamente despersonalizado, con
lo que logra justamente, personalidad e identidad propia. Todo un logro.
Fuente: http:filippocarandini.com
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