Armoniosamente reciclado, este molino del
SXVII, ubicado en Champagnac de Bélair, Francia, conserva toda su fisonomía
original, pero refuncionalizado, ya hace algunos años, para hacer de él un
encantador lugar donde descansar unos días y desconectarse de la agitada vida
diaria.
En total sintonía con el paisaje, el bosque y
el río, con una estética rústica propia de lo que fue su función original.
Se adaptó su interior logrando espacios cálidos
y confortables, que llaman al reposo y la relajación, combinados con una sutil
elegancia que les aporta un especial atractivo.
Los exteriores, igualmente modificados para
brindar al visitante las comodidades y servicios propios de un hotel, se
caracterizan por la armonía y el modo casi natural con el que se combinan
materiales como la piedra y la madera con el entorno verde en el que se encuentra
implantado.
El espejo de agua natural, dado por el río, al
que se le suma la piscina, terminan de darle marco a la vista del conjunto.
Fuente:
Le Moulin Du Roc
.