Ubicada en la campiña de Gloucestershire, esta mansión gregoriana del año
1746 muestra, luego de la intervención del arquitecto Robert Grace, un frente
absolutamente conservado y un sorprendente contrafrente por lo disímil de su
lenguaje, aunque en armonía con la arquitectura original y el entorno.
Con el firme propósito de preservar la casa original, Grace, satisface el
requerimiento del cliente que consistía en dotar a la mansión de un espacio
desde el cual se pudiera disfrutar del exquisito jardín inglés como si se
estuviera afuera.
Un rápido recorrido por los interiores de la casa, demuestran que esta
idea de sentirse “afuera” estando “adentro”, no era fácil de materializar sin
modificar la estructura original.
Por eso se optó por crear un nuevo espacio que responda a una arquitectura
contemporánea, dotada de la última tecnología. Así es que se levanta en la
parte de atrás un gran volumen casi totalmente vidriado y de gran altura,
5.50m, que permite tener amplias y extensas visuales del parque que rodea la
casa implantada en un campo de 30 hectáreas.
Vidrio, madera y hormigón, se conjugan para crear un espacio simple, de
formas puras, que se apoya en un muro de piedra que le da carácter e identidad,
creando una conexión visual con la mansión ya que se trata de la misma piedra
que la recubre por fuera.
A este nuevo volumen
se accede a través de un amplio pasillo con techo de vidrio, lo que da la
sensación de haber salido al parque. En cuanto al techo de hormigón de la sala,
se lo despega del muro minimizando la idea de estar en un espacio techado, quedando
casi suspendido, solo apoyado en dos esbeltas columnas.
Fuente: .robert-grace.com