Esta pequeña casa de campo,
implantada sobre un terreno de dos hectáreas en Sauvie, una isla agrícola en el
río Columbia 15 minutos al norte de Portland, tiene todas las virtudes de una
acogedora e íntima casa de descanso, sencilla pero a la vez confortable, para
el matrimonio y sus dos niños que la disfrutan en su tiempo libre.
Con pocos
ambientes, se organizan en este prototipo de cabaña campestre, las distintas
áreas dentro de un espacio casi único. Es de destacar, la gran iluminación
natural que posee debido a la ubicación de ventanas en todo su perímetro, lo
que además les garantiza frescura a partir de las ventilaciones cruzadas. Esta
característica se ve acentuada por el tipo de cubierta que emplearon al renovar
la original y cambiarla por un techo inclinado pero verde, mejorando su aislación
con un básico criterio de sustentabilidad.
El empleo del color
blanco que acentúa la luminosidad, se alterna en la zona de la cocina con la
madera natural, destacándose de este
modo el origen natural del material empleado. En el espacio principal
conformado por el estar-comedor-cocina se optó por adosar al muro-biblioteca
los sillones del estar que en caso de recibir visitas sirven también de camas.
Detrás el baño un lugar de
guardado y el cuarto de los niños donde se eligieron camas tipo litera para no
ocupar mucho espacio. Por encima, en el entrepiso, el dormitorio de los padres
al cual se accede desde la escalera marinera de la biblioteca. Todas estas decisiones
en pos de optimizar el reducido espacio de la cabaña.
Por el contrario, los exteriores
sin límites permiten disfrutar a pleno de un día de campo.