En esta amplia casa de tres
plantas en Ystad, se han rediseñado sus interiores manteniendo en su totalidad las premisas que le dieron origen al proyecto.
Sobre la base de espacios
amplios, con una gran luminosidad acentuada por un blanco puro y continuo, los
ambientes se van armando con un equipamiento sobrio, pero a la vez atrevido,
donde no faltan los juegos de contrastes entre lo antiguo y lo contemporáneo,
entre lo rústico y lo delicadamente sofisticado, entre lo campestre y lo
urbano.
Pero en toda esta equilibrada
composición aparece constantemente un denominador común, el negro. Sea en
antiguas piezas de hierro, pieles, las juntas de las cerámicas de la cocina,
las luminarias, las pantallas con plumas, el gran hogar del estar y los variados
muebles y objetos que equipan y adornan cada uno de los ambientes de esta casa
de generosas dimensiones.
En cada parte de la casa el
color negro se destaca sobre los tonos neutros y aparece correctamente combinado con madera al
natural, ladrillo a la vista y textiles, algunos rústicos y otros de suaves
texturas, que le dan al conjunto la
calidez necesaria para crear un interior atractivo y confortable.
Fuente: skeppsholmen
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