Un departamento de
solo 38m2, en donde desde la entrada se puede apreciar lo bien
iluminado que esta gracias a un vano en la pared donde se apoya la mesada de
cocina, esa abertura genera una iluminación extra que llega a la cocina que de
otro modo seria oscura.
Ese aventanamiento la
separa del dormitorio a través de los cristales y una cortina que le da una opción
de intimidad o independencia cuando lo crea necesario.
Los colores, tanto
el negro usado en la cocina como la gama de grises en todo el departamento
juegan un muy buen contraste de colores y texturas, dándole un clima elegante y
varonil.
Un departamento
chico pero muy bien aprovechado cada rincón, para aprovechar al máximo el
almacenamiento. Todo está pensado al detalle, no hay lugar para improvisar,
cada cosa en su lugar, genera un orden lógico y sereno.
Fuente: http://www.delikatissen.com
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