Elegante y cotidiano, aunque
también podríamos agregarle práctico, son
adjetivos que definen muy bien a este pequeño departamento de solo 36 m2.
Aquí se conjuga buen gusto, confort, practicidad
y sobre todo un gran cuidado en la elección de cada componente, con el fin de
dotar al espacio de todo lo necesario para desarrollar una activa vida urbana y
regresar a un hogar donde encontramos un sector para cada actividad.
Este espacio único cuenta con un
rincón para el descanso creado a partir de un muro empapelado que cobija el área
de dormir y le pone fondo a la escena.
Otro sector para las tareas administrativas
del hogar armado con una etérea mesa escritorio y silla de diseño.
El sector del relax equipado con
un mueble bajo que funciona como biblioteca y base de la tv enfrentado a un
cómodo sofá con mullidos almohadones de geométricos diseños textiles.
Y por último el sector del
comedor y cocina donde se mezcla lo elegante y lo cotidiano.
Un ambiente diáfano y luminoso,
acentuado por una envolvente blanca que solo se interrumpe en un sector donde
el muro deja a la vista los rústicos ladrillos creando una síntesis de lo que
puede ser un bar doméstico.
Blanco negro y grises son los colores
predominantes, combinados con tramas y texturas. Solo un toque de color, de arabescos
azules, corta la paleta neutra y le aporta una carga visual de gran relevancia
maximizando el ínfimo espacio de la cama.
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