Si algo caracteriza sus
interiores es el clima tranquilo y sereno que reina en cada uno de sus
ambientes. En este aspecto, mucho tienen que ver la paleta de colores empleada,
la armoniosa combinación de los muebles y objetos de decoración, las
colecciones de antiguas piezas que se exhiben, y sobre todo la conservación de
la casa tal como fue desde un principio y el respeto por la esencia misma de la
casa victoriana.
Todo se ha mantenido en perfecto
estado y solo se le agregó un encantador jardín de invierno que permite
disfrutar de las hermosas flores del jardín, todo el año. Además de ser un
espacio muy atractivo fundamentalmente por su luminosidad.
Blanco, ocre, celeste y verde
pastel y un azul profundo se combinan con tapizados cuadrillé, carpetas de
yute, fabulosos hogares, platos con
campanas de cristal, y piezas de cerámica blanca, entre otras cosas.
Un interior totalmente calmo, de
tonos neutros que contrasta con un exterior típicamente ladrillero.
Fuente: wealdentimes.co.uk
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