Una paleta de colores neutros,
sobre la que se aplicaron otros tonos para darle al ambiente el carácter
deseado, fue la consigna de la ambientación de este piso en Barcelona.
Se usaron como base, el blanco,
negro y distintos tonos de grises. La idea era aplicar colores de los cuales
nunca se cansaran sus dueños y jugar sobre este fondo, con otros colores que le
aportaran calidez, frescura y vida. Así es que se sumó el rosa y algunos toques
de amarillo, ambos en tonos pastel, para amalgamarse con los medios tonos que
aportan los grises.
La luz natural, que inunda el
interior, contribuye con los rosas y amarillos enfatizando la calidez, y con
los blancos potenciando la luz. Mientras que la madera clara del piso y de
algunos muebles, completa la armoniosa elección de los colores.
Otro elemento destacable son las
carpetas que sectorizan el espacio. Sus tonos, van desde el marfil hasta los
ocres en el estar y el comedor, en combinación con azul en la cocina y
berenjena en el acceso, sumados a la textura rustica y natural de los hilados
tipo yute.
Los muebles, simples, algunos
reciclados y otros de estilo escandinavo, ensamblan con la etérea división que
separa el estar-comedor de la cocina, que con su línea sencilla y elegante
acompaña la propuesta general.
En la terraza continua el blanco, pero aquí complementado con
los distintos tonos de verde.
Fuente: bydaniela.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario