Casi un desafío. Desde España,
esta propuesta donde se combinan básicamente dos colores, celeste pastel y ocre
suave, demuestra cómo se resolvió satisfactoriamente la idea de usar esta
reducida paleta.
Se creó un clima íntimo, sereno
y sobrio; lo que sumado a la poca luz le da cierto carácter introspectivo.
Empieza y termina en sí mismo, en su propio interior.
Fuente: Gabriel Ankli
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