Situada sobre una muy transitada
avenida de la ciudad y por lo tanto, altamente expuesta a la contaminación
acústica, se le dio una solución a este problema técnico, que le aportó
características únicas desde el punto de vista estético.
El recurso adoptado por el
arquitecto Hiroshi Nakamura, está cargado de una alta dosis de originalidad, dado
que pocos son los casos en los que se ha empleado una pantalla de vidrio en la forma
en que se aplicó a esta casa.
Se trata de un alto muro que se
levanta en la fachada de la casa, impidiendo que los ruidos generados por el
tránsito entren en la vivienda. Está construido con ladrillos de vidrio enhebrados
en varillas roscadas de acero inoxidable.
Esta pantalla esconde por detrás
un gran patio jardín, que cuenta con árboles y un peculiar espejo de agua con
fondo transparente que permite ver el hall de acceso ya que éste está a nivel
de la calle y el patio en el 1º piso.
El patio es el corazón de la
casa. Todo se genera a partir de él. Todos los ambientes se abren a este
espacio y otros al patio trasero.
Es un jardín de características
muy especiales, tanto por su contenido como por los paramentos que lo contienen.
En síntesis, la sumatoria del
agua, la vegetación, los ladrillos de vidrio, el pasaje de la luz pero no de
las visuales ni del los ruidos y el zénit, a cielo abierto, crean un clima de
refugio, de paz, como si fuera un oasis en medio de la ciudad.
A esto se le suma, los reflejos
de la luz en el agua, que generan imágenes en movimiento sobre los paramentos y
una cortina de finísima tela metalizada en el gran ventanal del estar, que
aumenta los brillos y contribuye en la creación de un ambiente casi de
fantasía y de mística poesía.
Todo, a partir de un recurso técnico-funcional
que enriqueció el diseño.
Fuente: Arq.Hiroshi Nakamura y NAP estudio.
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