Situada en el centro histórico de San Miguel de Allende, una hermosa ciudad
colonial llena de jardines, donde esta moderna casa mexicana ofrece un retiro
especial. Su nombre deriva de la pared azul del patio, salpicada de luces de
estrellas de cristal esmerilado, hechas a mano, que parecen caer del cielo.
Ya, al entrar en la casa y atravesar la puerta de Roble cuadriculada y de tres pulgadas de
espesor, nos invita a disfrutar de un oasis de colores, con
sus paredes pintadas en tonos de cobalto, mango y salvia.
Se usó la artesanía local en su decoración, profusión de azulejos de
colores, hormigón pulido de color para las paredes, piedra en los solados y
hierro forjado personalizado en las barandas.
Se siente una relación entre la arquitectura y naturaleza, al usar formas
geométricas y orgánicas, en las columnas, la pared del dormitorio, por la forma de
organizar las luces en el techo, el piso del patio, las barandas y la utilización
de colores que encontramos en la exuberante naturaleza de México.
Una relación interior–exterior que se ve en todo momento, con la utilización
de grandes vidrios en todos los ambientes, de piso a techo, logrando una excelente relación con
los patios.
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