Se trata de un antiguo edificio
comercial en desuso construido hacia 1.910, de casi 2.100m2 al que se transformó en loft.
Los dos elementos más característicos de este almacén son
los muros de ladrillo y la estructura de sostén hecha en madera de secuoya.
Tomando estos rasgos como eje de
la transformación, se fue modificando el espacio, pero siempre valorizando y
rescatando la textura y color propio del ladrillo y la belleza natural de la secuoya,
acentuada esta última por marcadas rajaduras en el sentido longitudinal de las
fibras, lo que le aporta mayor protagonismo.
A partir de ahí, todo se dispone
de modo tal de enfatizar estos materiales, ya sea por contraste o similitud.
Pisos de madera acompañan el
entablonado del techo y la estructura de secuoya.
Muros lisos y neutros contrastan
con el antiguo muro de ladrillo.
Grandes superficies vidriadas que
se prolongan y continúan en el techo, dan paso a la luz natural que como en
cascada cae sobre un sector del gran ambiente, dejando la parte más alejada con
una luz menos intensa lo que crea un juego casi escenográfico.
Finalmente los sectores de
cocina y dormitorio, se ubican bajo techos muy bajos dándole a estos espacios
intimidad y contención.
Fuente:chictip.com