En el centro de Paris, la decoradora francesa Marianne
Evan encontró este departamento para su hijo estudiante, donde pudo desarrollar
toda su creatividad, para transformarlo a pesar del poco espacio en un lugar varonil
y práctico.
Siguiendo un plan de diseño y necesidades,
creo un pequeño pasillo, para que actué como barrera entre la calle y zona privada.
En el centro, colocó la cocina dentro de un cubo, con ventanales que permiten
que la luz la atraviese. De un lado está el living y del otro el sofá coma con
el escritorio.
Se logró un espacio juvenil e informal. Los
materiales protagonistas son el metal y la madera, junto a una paleta de color
en gama de grises, blanco y negro.
Se introducen en el interior algunas antigüedades
como la estufa, las maletas que hacen de mesa en el estar y el espejo con marco.
Sobre el escritorio y el sofá cama, algunos
dibujos y esculturas de su padre, que le permiten sentirse más cerca de casa.
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