Ubicada en medio de una reserva natural, esta casa de descanso,
cuyo proyecto se ha basado fundamentalmente en el respeto por el entorno y la
conservación del ambiente, es un claro ejemplo de integración al sitio a través
del uso de los materiales propios de la región.
Piedra y madera, son los elementos fundamentales en la materialización
del proyecto, los que unidos al acero y al cristal, terminan de componer el
conjuntos perfecto para lograr la continuidad de los espacios desde el interior
al exterior, y la integración del paisaje, de manera tal de poder disfrutar del
entorno desde cualquier rincón de la casa.
Por otra parte, el desarrollo un tanto caprichoso de la volumetría,
no es más que la intensión de repetir formas y volúmenes muy usados en la
arquitectura vernácula de la región.
La casa se desarrolla en dos niveles, el inferior donde se aloja el
sector público y la planta alta donde se aloja el sector privado. Ambos han sido
además, claramente diferenciados mediante la sutil utilización del color. En la
planta baja, junto a la tierra, donde el fuego del hogar es protagonista, los
detalles rojos y naranjas marcan presencia. En cambio, en la planta superior,
donde los aventanamientos se elevan hasta lo más alto de la cubierta y el cielo
parece formar parte del espacio, el color azul hace su aparición tiñendo el ambiente
en toda su variedad de tonos, propios de la noche, propios del descanso.
Una composición formal, cromática y material digna de ser valorada.
Fuente: Giovanni D'Ambrosio
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