Esta casa de campo, en la
provincia de Buenos Aires, es el refugio de una familia numerosa.
Con una paleta suave de
colores terrosos y algunos toques de color, se creo un ambiente cálido y
acogedor. Usando alfombras y tejidos de la zona Noroeste Argentina, se le fue
dando un estilo particular.
Puertas encontradas en
demoliciones, pisos de cemento alisado, techos de cabios con ladrillos, algunos
muebles en pinotea.
Baños con mayólicas y
molduras de demolición.
Exteriores con elementos
naturales, piedra, maderas rusticas, pisos de troncos.
Fuente: espacioliving.com