Ubicado en la ciudad turística de Sopot, Polonia, a orillas del mar
Báltico, este pequeño departamento se ambientó a partir de un gran mural.
Si bien la idea de cubrir una pared con una gran fotografía no es novedosa,
la forma en que se ha desarrollado, propone un desafío interesante. La
particularidad radica en tomar la paleta de colores de la imagen y trabajar con
esos tonos logrando armonía, equilibrio y sobriedad.
Colores neutros y un estampado que no pone en peligro el equilibrio
logrado, se ordenan con la intervención de blancos puros y un gris muy intenso,
logrando tensión con la aplicación de un turquesa casi protagónico.
Y finalmente poniendo calidez al conjunto, la madera, que aplicada sobre
la encimera y en los pisos, aportan todas las virtudes de un material natural.
El mismo juego cromático se seguió en el cuarto.
Igual criterio se utilizó para ambientar el baño, ya que se tomó como
elemento principal una fotografía del mar Báltico y se colocó como contrapunto
un piso de viejas baldosas marroquíes con estampas color turquesa y encimera de
madera.
Fuente: nata-shatalova