En el último piso de un edificio ubicado en el barrio de Vasastan, uno de
los más exclusivos de Estocolmo, hallamos este dúplex excelentemente resuelto.
En este espacio de doble altura, contenido entre muros muy próximos, que
le dan una forma angosta y alargada, se van desarrollando las distintas áreas a
lo largo de un marcado eje longitudinal. Los espacios se suceden a medida que
nos desplazamos sobre ese eje.
La doble altura con importantes lucarnas sobre el techo inclinado aportan luz
natural y vistas que amplían los espacios.
Se conservó la estructura original. Los elementos portantes que sujetan la
cubierta son de madera, la que junto con los pisos le aportan belleza y calidez
al conjunto, que se completa con una escalera también de madera natural que
vincula los dos niveles.
En el entrepiso, balconeando hacia el estar, se ubicó el dormitorio, el
que recibe luz natural por las amplias ventanas con control eléctrico de oscurecimiento.
Cada rincón es una
muestra de buena resolución, con lo que se consigue mantener la esencia original
de este espacio único, pero donde cada sector tiene su propia identidad. En
este aspecto el color juega un rol fundamental, aportándole carácter e identidad.
Fuente: blocket.se