Esta casa, situada en el Parque Regional Pavilnial, cerca de Vilnius
la capital de Lituania fue parte de una antigua fundición de cañones, y sus
muros de ladrillos amarillos, conservan toda esa historia.
La premisa principal fue
conservar la antigua edificación, pero como las necesidades actuales lo
requerían fue preciso ampliarla.
Se optó entonces por crear una
envolvente de cristal que contuviera la casa de ladrillo y a su vez permitiera
tener una vista de 360º del paisaje circundante.
Las áreas de estar comedor y
cocina se ubicaron en el nuevo sector vidriado para capitalizar las vistas,
mientras que los cuartos de los dueños y de los niños se ubicaron en la casa
primitiva, como creando la sensación de que lo valioso se alojaba en la parte
más valiosa de la casa.
Como fue adquirida por un
banquero coleccionista de libros antiguos, siguiendo con el criterio anterior,
se los ubicó en el sótano de casa antigua.
El contraste de los materiales,
ladrillo antiguo por un lado, y acero y cristal por otro, tornan más que
interesante la propuesta, en la que además se confrontan las líneas rectas del
volumen de cristal con la las curvas que recortan los entrepisos y dan paso a
la escalera que enlaza los tres niveles de la nueva casa. La iluminación
también contribuye a acentuar esta dicotomía.
La nueva parquización acompaña
la propuesta arquitectónica del estudio G.Natkevičius, R.Adomaitis, R.Babrauskas, T.Kuleša.
Fuente: Natkevicius & Partner