En el borde de las montañas Blue Ridge, cerca de Greenville, Carolina del
Sur, se encuentra esta casa dentro de un entorno natural.
Encontramos materiales naturales y
detalles sofisticados en su interior. Suelos rústicos de roble, mesadas de piedra natural, hormigón y madera, que se van combinando para crear un gran equilibrio y mediante el
uso de colores grises y marrones terrosos, se crea una armonía en todo su
interior.
Una planta abierta que permite una buena visibilidad desde todos los ángulos
de las vistas del exterior.
En los dormitorios y baños, se conjugan los mismos
materiales y colores, que logran una integracion total.
Fuente: onekindesign