miércoles, 14 de enero de 2015

CASA EN LOS ACANTILADOS DE WHITSAND BAY


Con un mínimo de inversión y un excelente gusto, se equipó esta pequeña cabaña de playa, lo que demuestra que a la hora de armar una casa de descanso, propia, solo basta apelar a la sencillez y al sentido común, dos herramientas a las que si además le agregamos sabiduría para elegir los complementos, darán un muy buen resultado.


Claro que ese sentido especial tan necesario para componer algo bello no lo posee todo el mundo, habrá que acudir a quienes cuenten con él, es nuestro mejor consejo. Solo así se logra que  a partir de lo simple y armónico alcancemos bellos resultados, sin que se transforme el intento en algo complicado difícil de resolver.


Blanco, celeste y madera se fueron combinando tanto en el estar, la cocina como el dormitorio. Tapizados a rayas, mantas tejidas y piezas cerámicas sobre la encimera, repiten el mismo color, dando toques en toda la cabaña.


Equipada con mobiliario rústico al que se le suma la calidez de la salamandra y las pieles, cuenta además, con detalles de motivos marinos muy propios para este tipo de cabañas. Como la ventana ojo de buey del cuarto y el juego de simulación que ofrece el espejo del estar adoptando la misma forma, para reflejar la vista fabulosa de la que se puede disfrutar desde el interior y más aún desde el deck. Una espectacular terraza que combina la simpleza de la madera y el imponente paisaje natural, y cuenta con todo el equipamiento  necesario para garantizarnos confort, relajación y mucho disfrute.


Cabe destacar la cálida iluminación lograda por las noches con la utilización de pequeñas luminarias puntuales tanto en los cielorrasos del interior como en el solado de la terraza, que de día pasan inadvertidas.


Fuente: uniquehomestays.com

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