Esta idílica casa de campo en
Cronwall Inglaterra, es el resultado de una creativa intervención, donde un
luminoso interior puramente blanco da marco al verdadero protagonista, el
color.
Implantada en un paisaje natural
sin desperdicio, Bodmin Moor, se disfruta del mismo en los acogedores espacios
exteriores donde el color también marca presencia.
La ambientación vintage convive
con elementos constructivos originales de la cabaña, que demuestran su antigüedad
y su carácter rural.
Gruesos muros de piedra al
natural por fuera y blanqueada por dentro, vanos de reducidas dimensiones,
techos inclinados de antigua estructura maderera, pizarra en la cubierta y una
carpintería propia de una cabaña rural, dan marco a los elementos
contemporáneos que le aportan confort y modernidad y que se destacan por sus
tonos brillantes.
Fucsia, azules, violetas,
turquesas, y toques de verde hacen lucir los cortinados, sillones,
almohadones y cada uno de los complementos de la decoración.
Fuente: uniquehomestays