Esta casa de principios de siglo
en el centro de la ciudad fue restaurada logrando conservar su arquitectura clásica
que junto a los materiales naturales crea un estilo campestre. Haciendo realidad
el sueño de los dueños de traer el campo a la ciudad.
Estando en el jardín se siente
el aire campestre por la elección de los muebles, la pileta y las plantas. Es
un verdadero oasis en la ciudad, los limoneros aportan la magia de transportarnos
a otro lugar y tiempo.
En el interior se restauraron puertas y ventanas, el piso de microcemento le
da un toque más moderno y minimalista. Se usaron tonos pasteles para las
paredes y mobiliario logrando un ambiente acogedor y con grandes visuales del jardín.
En la planta superior también se
usaron los tonos pastel en las paredes del dormitorio, puertas que enmarcan
espacios muy luminosos y alegres.
Fuente: el mueble.com