En un entorno natural de ensueño,
una antigua cabaña aprovecha las mejores vistas del bosque que se refleja en el
agua, para captarlas desde su interior.
No solo el paisaje entra en la
casa, también la luz, que se potencia con el tratamiento del color. Ambientes
blancos, puros y llenos de detalles que enfatizan el aire campestre y romántico
de la ambientación.
El blanco ensambla con delicados
tonos pasteles.
Fuente: paperblog