Basados en el principio de respetar y conservar toda la historia que esta granja de Killingworth Connecticut, encierra, se limitó su
renovación a darle solamente un poco más de aire y luz, liberando los ambientes
de sus bajos techos originales y blanqueando sus paramentos.
Se rasquetearon los pisos y las
vigas, para dejar limpia y clara la madera original y toda la tecnología propia
del SXXI que se incorporó para hacerla más confortable, pasa casi inadvertida.
Leal a su pasado, con la frescura de hoy. Todo
se conservó tal como era, se trató de no intervenir de forma agresiva, para no
perder su esencia.
Fuente: cottages-gardens.com
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