Con todas las características de
una cabaña típica de montaña, cálida, acogedora, ideal para el descanso lejos
de las agitadas ciudades, estos interiores conjugan con equilibrio y armonía lo
rústico con lo urbano.
En el marco de una arquitectura
casi vernácula, propia de un bosque boreal, se emplearon para su equipamiento
elementos que parecen tomados de un piso de una gran metrópoli.
Sofá y butacas de línea contemporánea,
sillones de cuero de aire neoyorquino, y un comedor sobrio y muy urbano, además
de elementos retro y lámparas de aire tecno antiguas, se mezclan con la madera
rústica y natural de los muros, techos y pisos, y con las pieles que enfatizan
el ambiente silvestre que nos aleja de la imagen de ciudad.
Es como un juego de ilusiones y
fantasías que contribuyen a crear el clima ideal para unas soñadas vacaciones
de invierno.
Fuente: planete-deco.fr
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