lunes, 29 de octubre de 2012

VIEJO EDIFICIO INDUSTRIAL


Ubicado en el Soho neoyorquino,este loft de fines del S XIX fue originalmente una central eléctrica, de ahí su fachada típica de la arquitectura industrial de la época.

Su dueño, el director y productor cinematográfico Marcus Nispel, la ha transformado en una vivienda espectacular de cuatro plantas, terraza verde y piscina interior.
Desde la ventana de medio punto donde se ubicó un rincón de lectura la vista es más que atractiva.

En la primer planta se encuentra la piscina comunicada visualmente con el estudio a través de un gran ventanal.

Este lugar de trabajo, de siete metros de altura está equipado con muebles a escala. Por eso se adquirió una estantería antigua de la oficina de correo para usar como biblioteca, una gran mesa que perteneciera a un convento y luminarias que fueron parte de la utilería de una de las películas producidas por el dueño.

Hacia el otro extremo de la planta el espacio continúa con el sector de la cocina, que acompaña al conjunto, con su estilo industrial, para culminar con el estar-comedor de más de diez metros de altura, rematando con una chimenea rescatada de un castillo francés.

En el último piso, un estar más intimo se proyecta hacia la terraza, un expansión amplia verde y fresca donde se puede disfrutar del aire libre desde un bien equipado comedor bajo la pérgola de metal. Un verdadero oasis en la ciudad.


En la parte alta del loft, donde se encuentra el sector más privado, se destaca uno de los cuartos donde se aprovechó una lucarna existente de características industriales para darle iluminación zenital a modo de cielo que se acompaña con el mural de las paredes.

Todo el conjunto ha conservado el mismo tratamiento, muros de ladrillo a la vista, vigas de hierro, enormes aventanamientos de carpintería metálica, que se alternan con muros blancos y pisos de madera o laja negra según el sector.
Y todo esto vinculado por la gran escalera central, a modo de columna vertebral, que comunica todas las plantas entre sí y culmina con una gran lucarna que derrama luz en todo su desarrollo.

Fuente: elle.es